Hablando del Trastorno por déficit de Atención (TDAH) ¿Has oído hablar de la Neurodiversidad y neurodivergencia?
En esta ocasión, no vamos a entrar a hablar en profundidad sobre el ya conocido Trastorno por Déficit de Atención o TDAH, puedes pinchar en el enlace para verlo.
Esta vez queremos hablar de la neurodiversidad y la neurodivergencia, ¿No sabes qué es? No te preocupes, sigue leyendo que vamos a ello.
En 1998, la socióloga Judy Singer, creó el término Neurodiverso, como sinónimo de biodiversidad neurológica. Visto desde esta perspectiva, todos somos neurodiversos, ya que no se dan dos cerebros iguales.
Hace tiempo que el trastorno por déficit de atención, ha sido incluido dentro del grupo de los Trastornos del Neurodesarrollo, este tipo de trastornos se expresan en la niñez y presentan un déficit con respecto al desarrollo habitual. Dentro de este grupo, encontramos el TDAH, el autismo, los tics, los trastornos del aprendizaje y la discapacidad intelectual.
Sale de ojo que dentro de este grupo, los trastornos son bastante diferentes entre si y además – tal y como ocurre en el TDAH -, dos personas diagnosticadas del trastorno pueden tener características neurocognitivas diferentes. Por esta razón, actualmente preferimos más hablar de neurodiversidad que de trastorno.
Entrando un poco más en harina, el TDAH es una variación de la estructura y función cerebral que lleva a comportarse y pensar de una manera diferente. No obstante, en este grupo encontramos aspectos que puedan ser vistos como deficientes y otros ventajosos – vamos, los pros y los contras de toda la vida -. Tanto para las personas portadoras, como a nivel social.
Como terapeutas ponemos más interés en encontrar las áreas más exitosas de nuestros pacientes (los pros); Para ilustrar la frase anterior recurriremos a unos ejemplos:
- Las personas con TDAH tienen una energía enorme y una creatividad muy interesante.
- En el caso del autismo, se trata de personas muy ordenadas y atentas a los detalles.
La adopción del término «neurodivergencia» en vez de la palabra «trastorno» – ahora me apropio de las palabras de Javier Irastorza – disminuye el estigma y hace posible que las personas acepten mejor su condición y la terapia, a la vez que promueve la búsqueda de los puntos fuertes individuales. Por supuesto, en ningún momento es incompatible con una medicación que reduzca los síntomas.
Al buscar las fortalezas de las personas que están diagnosticadas de TDAH, encontramos la correlación entre TDHA y altas capacidades, optimismo, búsqueda de la novedad y la aventura. Además, pueden destacar en comunicación verbal, pensamiento lógico y razonamiento y – por si fuera poco -, presentan la capacidad de concentrarse muchísimo en tareas que les interesan (esta aptitud es denominada como «Hiperfoco«).
Para resumir, el enfoque neurodiverso en el tratamiento del TDAH persigue alcanzar el objetivo de modificar el ambiente en los colegios, trabajos y clubes sociales, cambiando las actitudes de las personas neurotípicas, que suelen crear entornos con estigmas, acoso, baja autoestima y problemas de Salud Mental.