Psicogeriatría

La psicogeriatría – según la asociación española de psicogeriatría – se ocupa de la salud mental de las personas mayores en un amplio espectro. Ofrece soluciones que van desde el envejecimiento saludable, la prevención, el diagnóstico hasta el tratamiento de las patologías de esta edad.

Cubre un amplio rango de patologías; deterioro cognitivo, demencia, trastornos afectivos, problemas de ansiedad, psicosis, adicciones así como patologías asociadas a la comorbilidad médica.

Estas situaciones constituyen un reto, aplicando tratamientos en situaciones complejas.

¿Por qué?

Según Leopoldo Salvareza, autor de una teoría de la psicogeriatría, la persona mayor, experimenta una reducción del interés vital por las actividades y objetos que le rodean, lo cual genera un apartamiento de la interacción social, se van sintiendo menos comprometidas emocionalmente.
Por otra parte, la persona mayor, conserva el recuerdo de sus capacidades de adulto y es capaz de discriminar la disminución de sus capacidades a lo largo del proceso del paso del tiempo.
El secreto del buen envejecer estaría dado por la capacidad de la persona para aceptar estas inevitables pérdidas.

¿Cuáles son las patologías típicas?

La depresión, los delirios, alucinaciones y la agitación, en el contexto muchas veces del deterioro cognitivo asociado a la edad. Esta realidad, la avanzada edad y las otras patologías que pueda padecer la persona, nos harán ser precavidos a la hora de elegir la medicación menos perjudicial para el mayor.

¿Cómo afrontamos en nuestra consulta el trastorno bipolar?

Nuestro papel consistirá en que nuestros mayores se mantengan apegados a sus objetos y actividades en la mayor medida posible y de otro modo, encontrar sustitutos, que les hagan sentir que la vida aún merece la pena ser vivida.

En la entrevista, consideramos al paciente como el foco de nuestra atención, valoramos aspectos tales como lograr un contacto visual y el grado de acercamiento. También comprobamos la comprensión y la modulamos el tono de voz.

La familia es importante porque suele ofrecer un contraste de la información. Observamos una red de alianzas que existen pero no se han explotado de manera profesional.

Es preciso prestar atención a las enfermedades físicas, enfermedad o ausencia del conyuge, déficits sensoriales, ansiedad ante la enfermedad y la muerte, jubilación, institucionalización, estado de las finanzas, de la vivienda, grado de dependencia y deterioro cognitivo.