Trastorno de Ansiedad

No podemos hablar del trastorno por ansiedad sin dividir antes sus tipos. Por esta razón, hablaremos de la ansiedad inducida por sustancias, ansiedad generalizada, trastorno de pánico, y la agorafobia

LA ansiedad inducida por sustancias es aquella producida por el consumo excesivo de bebidas alcohólicas, cafeína, cannabis y otras sustancia.

La ansiedad generalizada se caracteriza por una preocupación excesiva, que causa malestar y produce dificultades en los ámbitos social y laboral.

Es difícil controlar la precocupación.

Está asociada a la inquietud, fatiga, dificultad de concentración, irritabilidad , tensión muscular y trastornos del sueño. En ocasiones pueden aparecer contracciones musculares, sudoración, nauseas, diarrea, dificultad para respirar, cefaleas.

Los trastornos de pánico son ataques (de pánico) imprevistos, que se repiten.

Esto se debe a la aparición súbita de un miedo o malestar intensos, se muestran palpitaciones, sudoración, temblores, sensación de dificultad en la respiración, ahogo, dolor en el pecho, nauseas o malestar digestivo, sensación de mareo o desmayo, escalofríos o calor, entumecimiento u hormigueo, sensación de irrealidad, miedo a perder el control e incluso, miedo a morir.

Por último, la agorafobia, la cual se manifiesto como un miedo o ansiedad intensa ante alguna de estas situaciones:

  • Uso del transporte público: coches, autobús, tren, barco o avión…
  • Espacios abiertos: plazas, aparcamientos, puentes…
  • Estar en sitios cerrados: tiendas, cines…
  • Estar solo fuera de casa.

La persona teme o evita estar situaciones, debido a la idea de que escapar podría ser difícil o podría no disponer de ayuda en el caso de aparecer un ataque de pánico. Puede llegar a limitar la vida de las personas que la padecen.

¿Factores de riesgo?

Los principales factores de riesgo para la ansiedad son los ambientales, temperamentales y genéticos.

¿Cuál es el tratamiento farmacológico?

Los ansiolíticos reducen la ansiedad muy rápidamente, pero hay que sustituirlos pronto por otros fármacos más seguros, que no producen dependencia y regulan la ansiedad de un modo más natural, regulando la cantidad de neurotransmisores en el espacio entre las células cerebrales.

Este tratamiento debe de estar bajo control médico y revisarse cada 15 ó 30 días.

El tratamiento dura unos meses, no tiene que ser para siempre salvo casos muy graves y puntuales.

¿Cómo afrontamos en nuestra consulta el trastorno de ansiedad?

Comenzamos por recibir al paciente en un lugar tranquilo y cómodo, le saludamos, nos presentarnos y establecemos una relación de confianza, que se transformará en una alianza terapéutica.

Es una sesión en la que se pregunta por los antecedentes familiares y personales del paciente, se habla sobre sucesos importantes de su infancia y juventud.

Empezamos a comprender cómo se ha forjado su personalidad, cuáles son sus puntos fuertes, cómo comenzaron sus dificultades y si están asociadas a alguna situación concreta. Se valora su estilo de pensamiento, si tiende a preocuparse en exceso, si es perfeccionista, si valora en exceso la opinión de los demás…

Al final de esta primera sesión, tenemos que llegar a una primera impresión clínica y un plan de tratamiento.