Trastorno Bipolar

Caracterizado porque en algún momento de su historia, el paciente ha proferido un episodio maniaco con estado de ánimo anormal y persistentemente elevado, expansivo o irritable, con un aumento del nivel de energía y actividad de duración de al menos una semana.

Durante este periodo se muestran algunos de los síntomas listados a continuación:

  • Aumento de la autoestima y sentimiento de grandeza.
  • Disminución de la necesidad de sueño.
  • Aumento de la necesidad de hablar.
  • Pensamientos a gran velocidad y dificultad para seguir el hilo de las conversaciones.
  • Aumento de la actividad social o laboral.
  • Conductas consumistas.
  • Acciones impulsivas.

Esta alteración del ánimo y de la conducta causa un deterioro importante en el funcionamiento social, laboral y familiar durante los episodios maníacos.

Los pacientes no suelen percibir que están enfermos y les cuesta recibir tratamiento.

¿Por qué?

El trastorno bipolar es una enfermedad crónica y recurrente asociada sintomatología subclínica entre los episodios, que precisa una terapia de mantenimiento.

¿Cuál es el tratamiento farmacológico?

El tratamiento inicial incluye fármacos de primera línea como el valproato o el litio y quetiapina, risperidona y aripiprazol.

Medicamentos de segunda linea incluyen carbamazepina, olanzapina y ziprasidona

Por otra parte la quetiapina y la quetiapina son dos fármacos de elección en este tipo de depresión.

¿Cómo afrontamos en nuestra consulta el trastorno bipolar?

Lo principal, es establecer una fuerte alianza terapéutica con el paciente que nos permita mantenernos en contacto de forma periódica para realizar un correcto seguimiento a largo plazo. De esta forma, elegimos la mejor combinación de posibles fármacos para minimizar al máximo los efectos adversos, al ser un tratamiento prolongado es estrictamente necesario realizarlo de esta forma.

Po otro lado, el tratamiento psicoterapéutico debe de incluir:

  • Psicoeducación: Es necesario que el paciente aprenda más sobre el trastorno bipolar
  • Seguimiento: Conocer el estado de ánimo de nuestros pacientes, ayuda a controlar el inicio del proceso de cambio.
  • Identificación: Utilizamos estrategias para identificar y clasificar diferentes estados de ánimo.
  • Ayuda: Afrontar la vida cotidiana puede ser un gran problema si no se cuenta con la ayuda necesaria.

En algunos casos, la terapia cognitivo conductual para la depresión.