Actividades y juegos para trabajar la salud mental en niños
Un informe de la Academia Americana de Pediatría informa de los beneficios del juego en los niños, expresando que ayuda a formar mejores cerebros, cuerpos y vínculos sociales. Por esa razón, en esta entrada queremos hablar de actividades y juegos para trabajar la salud mental en los niños.
Jugando, los niños mejoran las habilidades de planificación, organización, convivencia con los compañeros y aprenden a regular la intensidad de sus emociones.
Otros estudios demuestran que el juego infantil mejora el lenguaje y las habilidades numéricas.
Generar vínculos sociales seguros es indispensable, para ello favorecer las relaciones entre niños, la interacción cara a cara y el compartir la alegría del juego son herramientas muy recomendables.
Retomando los beneficios del juego para la salud mental de los niños, jugar puede mejorar las capacidades anteriormente mencionadas (planificación, organización, regulación de emociones…). Además, el juego tiene grandes beneficios con el lenguaje, las destrezas matemáticas y sociales e incluso ayuda a los niños a sobrellevar el estrés.
Juegos recomendados por etapas infantiles
Juegos recomendados de cero a seis meses
Durante esta etapa, interactuar con acciones como responder a sus sonrisas con otra sonrisa, le indica al bebé que cuando quiera llamar nuestra atención puedes sonreír y yo prestaré atención. También podemos mostrarle objetos (seguros) de varias texturas y colores permitiéndoles llevárselos a la boca.
Aunque parezca una tontería, es importante también cambiar la postura del bebé para que conozca su mundo desde diferentes perspectivas.
Por último, el hecho de imitar las sílabas del bebé hará que seamos capaces de entablar una bella conversación 🙂
Juegos recomendados desde los siete meses hasta el año
A esta edad es recomendable – rozando lo necesario – organizar un lugar seguro dónde el bebé pueda explorar, gatear y jugar con seguridad.
El infante cogerá e interactuará con los juguetes y aprenderá que al tirarlos caen, otros suenan al moverlos, giran y muchos ofrecen un espejo dónde él se mira y puede observar sus cambios en la expresión facial.
Es muy importante tener en cuenta que cuando juegan con juguete, los bebés se convierten en pequeños genios que exploran sus habilidades sensoriales y motoras.
En esta etapa, el juego que no pasa de moda es el de esconder su propia cara entre las manos y decir: ¡No está! abrir las manos y decir : ¡Sí está!. Es muy probable que el impulse del niño sea imitar la actitud 🙂
Juegos recomendados de uno a tres años
El tiempo de juego no estructurado es beneficioso porque fomenta la curiosidad y la iniciativa. Es importante buscar oportunidades para que los niños jueguen con otros niños: parque natural, parque de bolas, etc.
Otra de mis actividades favoritas que parece que se está perdiendo, es la costumbre de leer cuentos sencillos con los niños. Es muy agradable y fomenta la relación con él/ella.
También es buena idea llevar a cabo juegos con canciones, con ritmos y juegos de simulación.
Usar un plátano como si fuese un teléfono es algo que parece una nimiedad, pues bien, fomentar el uso de objetos para desarrollar ideas y conceptos abstractos, como el simbolismo que hemos mencionado, les enseña de una forma clara a compartir y a esperar su turno.
Juegos recomendados de tres a seis años
En esta última etapa infantil, es importante estimular de la mejor forma posible la socialización, la memoria, la comprensión, etc. Buscar y promover juegos con niños de la misma edad, fomentar la amistad y pasar tiempo juntos son algunas de las actividades recomendadas. Aprenderán de una forma fácil, simple y rápida ayudándose entre ellos.
Por supuesto, hay muchas opciones tales como juegos imaginarios (como llevar la comida al muñeco alternando con llevar el pan a la mesa,or ejemplo). Contar cuentos cortos y preguntarle qué recuerda es otra muy buena opción.
Pero sin duda, mis alternativas favoritas son las que favorecen el ejercicio físico. Hablamos de niños y deben portarse como tal, tienen que saltar, correr, columpiarse, caerse…
Obviamente hay tiempo para todo, pero cada vez se ven más críos a los que sus padres les dan un teléfono, les ponen un vídeo y… ¡Ale, que no molesten mientras nos tomamos la caña!.
Jugar al aire libre es de especial importancia. Permite a los niños usar todos sus sentidos y desarrollar la percepción espacial y el equilibrio. Y también puede mejorar la capacidad de atención del niño, disminuyendo las posibilidades de desarrollar un TDAH en el futuro.
Y termino, hay numerosos estudios que sugieren que los niños pequeños de países donde las escuelas destinan más tiempo para el recreo tienen más éxito académico.
Recordad:
Lo que uno ama en la infancia se queda en el corazón para siempre.
Jean-Jacques Rousseau