
Realidad familiar
Una llamada telefónica común en estos momentos de pandemia, en los ya que ya por fin veo las deseadas imágenes de las UCIs, en los periódicos. Siempre estuvieron, allí es dónde luchan por vivir nuestros familiares. Pero estas imágenes no gustan en esta sociedad blandita, donde creemos que la enfermedad y el dolor es ajeno a nosotros.
Sí, yo también soy médico y actualmente, tengo un familiar muy muy cercano en la UCI COVID…
Todos solemos pensar que hemos tomado las medidas de protección adecuadas, cambio de mascarillas, lavado de manos, higiene de las superficies, distancia social y nos aguantamos las ganas de socializar….
Ahora, la situación era muy cercana
Entonces tu familiar, comienza a toser. No le das importancia porque cómo estamos en otoño, cualquier catarro la produce… sin embargo, no se pasa, los días sí, pero el catarro sin mocos no se va… hasta que algo te chirría, auscultas, observas, pones el termómetro y hay fiebre, el pulsioxímetro que todos nos hemos comprado en internet satura bajo… llamas al médico de Familia y te da indicaciones sobre qué hacer y qué no… pasan en este caso unas horas y sin verlo claro – porque no quería verlo – pero con decisión, pido una valoración en el Clínico. Allí, los urgenciólogos, son seguros y rápidos… qué gran tranquilidad me dan, pero está clara la posibilidad; esa que no quiero oír, pero oigo pasadas un par de horas.
Queda ingresado en planta COVID mi familiar y pienso… “Bueno si lo hubieran visto grave, estaría en la UCI…”, esto ocurre doce horas después.
Aquí comienza el proceso de gestionar el dolor que por un lado te parte a ti y por el otro, destroza al resto de los familiares. Y en medio de la devastación, la incertidumbre. El día y la noche son larguísimos para sentir, para llorar, para consolar…
Al comienzo de este Duelo por Ausencia y posible pérdida de tu querido familiar, tiras de tu memoria para buscar cómo has y han gestionado, incluso novelado otros duelos y encuentras de todo, fundamentalmente llanto y melodrama…
Por mi profesión, trato de buscar mi margen de acción, de cambio en cada obstáculo y comienzo a pensar: primero estoy sana y mi familiar no, pero creí haber tomado todas las precauciones, me niego a sentirme culpable.
El tiempo del parte diario, a media mañana, después de revisar a todos los pacientes, te los da un ángel, sin alas, suelen ser doctoras y llevan las alas bajo el EPI… el parte dura cinco minutos, porque es un resumen, entiendo las dificultades de la persona que, como yo, escucha el mensaje, que es trasmitido en términos médicos, lógicamente, con una voz cercana y dulce. Yo, cuando tengo dudas pregunto, lucho contra la duda, no me quedo con ella dentro.
Por las mañanas, es curioso, estás más activa y esperanzada, pensando en qué tal vez la llamada sea por una leve mejoría, en ocasiones no es así.
Me han comprado mis hijas una funda del móvil con cordón y lo llevo encima las 24 horas, excepto en la ducha, porque soy médico y me gusta poder ayudar por teléfono cuando los pacientes me llaman, si suena y veo el número largo del cínico, mi corazón inicia taquicardia y contengo la respiración, es qué el ángel también te comunica los cambios si son significativos…qué Dios la bendiga y el SACYL espero que se lo premie, porque la información ayuda a gestionar tu composición mental de lo que está sucediendo.
La gestión del tiempo, en lo que mi familiar me necesite, allí estaré, pero mientras el vuela en el viaje de la enfermedad y la sedación, mientras mi familiar lucha por su vida, yo también batallo, porque así lo he decidido y quiero…
Ocupo todo lo que puedo el tiempo, lloro cuando toca, pero más allá de mi misma, pienso en los demás.
Tal vez esta actitud, no sea tan libre y rebelde como yo deseo, recuerdo y recuerdan a quienes conocieron a mi padre, el Dr. Prieto Aguirre, qué ni un solo día se derrumbó y dejó los pacientes sin atender, a pesar del inmenso dolor por la enfermedad terminal de nuestro familiar.
Arriba el ánimo familias, no nos derrumbemos, luchemos, peleemos en esta batalla y agradezcamos la magnífica atención de los profesionales de UCIs, gracias compañeros, en esta lucha.