Depresión Infantil
En la actualidad, es frecuente que atendamos a niños con síntomas de depresión infantil en la consulta. Suelen sentirse tristes, retraídos, irritables y con insomnio. Comen menos de lo habitual y no realizan las actividades sociales de antes… suelen estar más inactivos, les falta el entusiasmo de la infancia.
¿Cuál es el primer paso para tratar una depresión infantil?
En medicina, en muchas ocasiones no es fácil responder a este tipo de preguntas, pero para el tema que nos atañe, no podía ser más sencilla la respuesta: EL DIAGNÓSTICO
Es importante distinguir si el niño está atravesando un mal momento vital o si, efectivamente, se trata de un síndrome que lleva más de dos semanas de evolución. Con síntomas diarios que entorpecen el funcionamiento infantil y crean un intenso malestar. Por esta razón, conviene mantener una entrevista con los padres con un solo objetivo: hacer un diagnóstico.
En el caso de confirmarse que estamos ante una depresión moderada, el tratamiento habitual consiste en psicoterapia cognitivo conductual y tratamiento psiquiátrico.
Muchos niños responden muy bien a los medicamentos, y la mayoría deja de tomar el tratamiento tras unos meses, después de un periodo de estabilidad.
La depresión en los niños no debe dejarse desatendida, puede que una depresión aguda mejore por sí sola sin tratamiento, pero no está curado y puede que tenga recaídas.
Además, las consecuencias sociales y educativas de una recuperación larga y lenta son enormes.
¿En qué consiste el tratamiento farmacológico de una depresión infantil?
Para responder a esta pregunta, nos tenemos que poner un poco más técnicos; El tratamiento farmacológico de la depresión infantil, lo constituyen los fármacos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).
Los ISRS aumentan la disponibilidad de serotonina en el cerebro, siendo eficaces y teniendo escasos efectos secundarios. La mejor dosis, la que es eficaz y apenas causa efectos secundarios, varía entre los niños.
El tratamiento ayuda a los niños a recuperarse antes y de forma más completa.
En numerosas ocasiones, nos asustamos con la advertencia (promovida por la FDA americana) en los fármacos antidepresivos. Esta advertencia, en resumidas cuentas dice que pueden incrementarse el riesgo de pensamientos suicidas, no obstante no se han relacionado estos fármacos con intentos de suicidio o suicidio consumado. Es lógico, sin embargo, que los niños estén controlados durante el tratamiento por parte de sus familias.
El Dr. Taskiran señala que en estudios recientes no se ha respaldado este aumento de los pensamientos suicidas y los expertos coinciden en que los beneficios de los ISRS superan los riesgos y algunos estudios afirman que las tasas de suicidio infantil disminuyen cuando los niños están tratados.
¿Cuánto dura el tratamiento farmacológico de una depresión infantil?
Cuando el tratamiento ha sido instaurado y el niño está bien, los expertos recomiendan mantenerlos nueve meses al menos antes de retirarlo, ya que suele ser el tiempo que el cerebro tarda en corregir los desequilibrios bioquímicos que se producen en la depresión.
Además, durante este tiempo se realiza la psicoterapia y el niño se encuentra con más y mejores herramientas para afrontar las dificultades y producir cambios en la conducta y el pensamiento.
Vamos a lo importante de verdad ¿Qué siente el niño con un diagnóstico de depresión infantil?
Los niños suelen vivir el diagnóstico de depresión como un alivio, ellos tienen miedo de que haya algo malo en si mismos y esta es la idea que les puede llevar a los pensamientos suicidas. Cuando se percatan de que no es más que un trastorno y que tiene solución lo aceptan estupendamente.
De cualquier forma, para el éxito de este tipo de tratamiento, los profesionales podemos hacer el pino, pero es INDISPENSABLE el apoyo de sus padres y por supuesto, también es de suma importancia la buena sintonía entre el terapeuta y los padres.
Para terminar, estamos disponibles por los canales habituales para aclarar cualquier duda. Y no olvidéis que esto es un post basado en la experiencia de más de 30 años trabajando como psiquiatra infantil en Salamanca y otros lares. Pero no deja de ser algo genérico, cada niño es un mundo y descubrirlo es nuestra tarea. Y aunque me repita, si tenéis alguna duda, llamadnos o hablad con vuestro psiquiatra de confianza antes de tomar ninguna medida.